
¿Qué es la justicia energética y por qué es relevante?
La justicia energética es un enfoque que busca garantizar la equidad en la producción, distribución y consumo de energía. Su objetivo principal es asegurar que todas las personas, independientemente de su origen, género, nivel socioeconómico o ubicación geográfica, puedan acceder a servicios energéticos sostenibles y asequibles.
Este concepto también aborda cuestiones relacionadas con quién toma las decisiones en torno a la energía y cómo se distribuyen los beneficios y las cargas del sistema energético. En otras palabras, la justicia energética no solo se trata de acceso, sino también de participación y distribución equitativa de los recursos.
En un mundo donde millones de personas aún carecen de acceso a energía confiable, y donde las consecuencias del cambio climático golpean con mayor dureza a las comunidades más vulnerables, el enfoque de la justicia energética se vuelve indispensable para lograr una verdadera transición energética inclusiva.
Desafíos globales que enfrenta la justicia energética
A pesar de su creciente relevancia, alcanzar la justicia energética enfrenta numerosos desafíos a nivel mundial. Uno de los principales es el cambio climático, que exacerba las desigualdades al afectar de manera desproporcionada a las poblaciones que menos contribuyeron al problema y que cuentan con menos recursos para adaptarse.
Otro reto importante es la pobreza energética, que se manifiesta cuando los hogares no pueden acceder a servicios energéticos modernos a un costo asequible. Este fenómeno no solo limita el desarrollo económico y social, sino que también perpetúa ciclos de desigualdad.
Además, las desigualdades en el acceso a recursos energéticos entre zonas urbanas y rurales, entre países desarrollados y en desarrollo, y entre diferentes grupos sociales, siguen siendo una barrera significativa. En muchas regiones del mundo, las comunidades rurales dependen de fuentes de energía contaminantes o poco eficientes, lo que afecta su calidad de vida y sus oportunidades de crecimiento.
Superar estos desafíos requiere una transformación profunda en la forma en que se diseñan, implementan y regulan los sistemas energéticos a nivel global y local.
El papel de las políticas públicas en la promoción de la justicia energética
Las políticas públicas desempeñan un papel crucial en la promoción de la justicia energética. Los gobiernos pueden impulsar cambios significativos mediante la implementación de medidas que fomenten el acceso universal a la energía limpia y asequible.
Algunas estrategias clave incluyen los subsidios a energías renovables, que hacen que tecnologías como la solar y la eólica sean más accesibles para comunidades de bajos ingresos. También son esenciales los programas de electrificación rural, que buscan llevar servicios energéticos modernos a las zonas más aisladas.
Asimismo, los marcos regulatorios deben promover la participación ciudadana en la toma de decisiones energéticas y garantizar que las comunidades tengan voz en los proyectos que afectan su territorio. De esta manera, se puede construir un modelo energético más inclusivo y equitativo.
Cómo pueden las comunidades contribuir a la justicia energética
La participación activa de las comunidades es fundamental para avanzar hacia la justicia energética. Cuando las personas se organizan y participan en la creación y gestión de proyectos de energía renovable, no solo obtienen acceso a energía limpia, sino que también fortalecen su autonomía y capacidad de decisión.
Existen múltiples formas en que las comunidades pueden involucrarse, desde cooperativas de energía solar hasta proyectos de generación distribuida. Estas iniciativas permiten que los beneficios económicos de la energía renovable permanezcan en las comunidades, fortaleciendo su resiliencia y su desarrollo económico local.
Además, la educación y la sensibilización son componentes esenciales. Informar a las comunidades sobre sus derechos energéticos y sobre las opciones disponibles puede empoderarlas para exigir políticas más justas y sostenibles.
Iniciativas que promueven la justicia energética
A nivel global, varios proyectos innovadores están demostrando que la justicia energética es posible.
En Londres, Repowering ha trabajado con comunidades urbanas para instalar sistemas solares en viviendas sociales, permitiendo que los residentes reduzcan sus facturas de energía y se beneficien directamente de los proyectos.
En España, Som Energia, una cooperativa de energía renovable, ofrece a sus socios electricidad limpia a precios justos, democratizando el acceso a la energía sostenible.
En México, Iluméxico ha sido un actor clave en la promoción de la justicia energética en comunidades rurales y marginadas. A través de la instalación de sistemas solares autónomos, Iluméxico lleva electricidad a hogares que antes dependían de fuentes contaminantes o no contaban con energía. Además, su modelo de atención personalizada y su enfoque comunitario permiten que los beneficios de la energía renovable se traduzcan en una mejora real en la calidad de vida de las personas.
Estos ejemplos muestran que, con voluntad y creatividad, es posible construir sistemas energéticos más justos, inclusivos y sostenibles.

Construyendo un futuro energético más justo
La transformación del sector energético no puede centrarse únicamente en tecnologías limpias; debe también garantizar que todas las personas tengan acceso equitativo a sus beneficios. Lograr la justicia energética requiere de políticas públicas comprometidas, comunidades empoderadas y organizaciones como Iluméxico, que trabajan cada día para cerrar las brechas de acceso y promover un futuro más inclusivo.
En Iluméxico, creemos que cada hogar iluminado con energía solar es un paso hacia un mundo más justo y sostenible. Juntos, podemos construir un sistema energético donde nadie se quede atrás.